Los que quieren paz, amor y union.

Los que sueñan con la elusiva utopía.

El romántico tenaz, con sueños de humildad y nobleza, con el corazón en la tierra y el monte, donde crece el pasto verde brillante, resplandeciente en el sol; suave, y frío bajo la luna. Un quijote, monte arriba en su caballo, pensando por pensar, callando para entender. Suave en su camino, mirada al frente, pendiente del mundo alrededor. El airé puro y fresco, el sol besando su ser, iluminado, y testarudo en su parecer.

Hasta su último aliento firme en su andar.

Ni subyugado, tranquilo hasta no poder.

El último manifestante, el último aliento.

Quien protesta contra el horrible cinismo que enmascara todo, el odio, y ego-ismo que nos lleva al oscuro abismo de la perdición. El individualismo, mi peor defecto, hundiendo todo hasta llegar al precipicio, la manada como una, nos hemos perdido de nosotros mismos.

El mundo pertenece a ellos, los enamorados empedernidos, el novelero, perdidos en cuentos para hacerlos realidad, la última esperanza. Quizás un día entremos en razón.